El retrato ha tenido un protagonismo principal en la historia del arte. Es un tema fundamental en su desarrollo, que junto al paisaje, ha estado presente en todos sus movimientos, géneros y periodos.
Pero el medio artístico que indiscutiblemente se apropió del retrato, es la fotografía. Su atenta búsqueda por fotografiar a las personas fue motivo de experimentación técnica y conceptual, convirtiéndolo desde sus inicios en un género emblemático. Los primeros retratos, popularizados en la industrialización de mediados del siglo XIX, han quedado establecidos para siempre en la memoria colectiva universal.
Siglo y medio después la mirada ha cambiado. Es un tiempo largo para un arte joven. Ha sido un período corto para la radicalidad de la transformación de la humanidad, y en este camino, el retrato ahora le pertenece a la tecnología digital y al Internet, estando al alcance de todos, sin restricción de tiempo ni de lugar. Es aquí donde la exposición se detiene, en un retrato que intenta cruzar el tiempo y que mezcla una tradición temática con un lenguaje contemporáneo.
En “Sujeto/Predicado”, doce artistas nos presentan sus modos de pensar el retrato, intentando lidiar cada uno, con la consciencia del personaje que ha sido retratado. Cada imagen es una negociación personal entre identidad y representación, es una manera de ver, no solo con los ojos -o la cámara-, sino también con una sucesión cultural. Es así como una diversidad de creadores nos enfrenta a una variedad de propuestas, donde la herencia de temas históricos, actualizados y en clave estética del presente, queda revelada: la mujer como fuente de representación de la belleza, el purismo del desnudo, la foto familiar, el retrato urbano en las plazas, el auto retrato, e incluso sutiles referencias religiosas. El recorrido nos plantea un nuevo momento para el retrato, delimitando gracias a su valor documental, su contemporaneidad.
El nacimiento de la fotografía reemplazó por primera vez en el campo de las artes la destreza manual por la capacidad visual, generando así un vínculo novedoso e inseparable con la mirada. En el retrato, más que en cualquier otro género fotográfico, esa articulación con la mirada cobra un admirable valor. “Sujeto / Predicado” se sitúa en un territorio de afectos mutuos y vínculos indesligables. Como el predicado de la oración que complementa al sujeto, aquí el retratista lo hace con el individuo representado, para que finalmente otra mirada, esta vez la del espectador, lo haga con el retrato, con la obra misma expuesta.
Sujeto / Predicado, el individuo retratado y el retrato observado.
Carlos Caamaño