Las grandes transformaciones y los cambios radicales que se han generado en las ciudades, no sólo interesan al urbanismo y a la arquitectura, sino también a otras disciplinas, siendo la fotografía una de las que más cuidado le ha prestado a dichos fenómenos. Aquella curiosa atención ha consolidado el desarrollo de un nuevo lenguaje, de una real tendencia, de lo que hoy podríamos llamar el paisaje urbano fotográfico.
Hans Stoll no es ajeno a este territorio, gran parte de su trabajo se focaliza en la ciudad y sus redes arquitectónicas. Con mirada libre y crítica, su obra pretende hacer una reflexión de lo que va sucediendo en las grandes metrópolis.
Hipertélico Urbano comprende un trayecto que el fotógrafo realiza por diferentes ciudades y en cuyo encuentro, su cámara descubrirá una profusión de imágenes donde las proporciones han sido traicionadas. El registro se revela colmado y mimético, como si perteneciera a un gran archipiélago de concreto. Las ciudades se apresuran, se asemejan, pero claro está, no son todas iguales: hay diferencias sociales, históricas, geográficas, climáticas.
En su obsesiva búsqueda por encontrarle un nuevo ángulo a la ciudad, Stoll abandona la rigurosidad de la toma fija para migrar hacia un lenguaje desenfrenado, a una narrativa capaz de representar a la urbe que crece ilimitadamente. Por que el fiel encuadre se presenta incapacitado de fotografiar a la metrópoli que se expande, Stoll descompone y superpone cientos de imágenes, reconfigurando un paisaje extendido que huye de cualquier dispositivo tipológico. El artista se inspira de esta forma en el concepto de Hipertelia, novel término formulado por el poeta cubano José Lezama Lima para referirse al crecimiento desmedido, a la alteración amorfa, a todo aquel organismo que rebasa sus propios límites, al movimiento que va más allá de su objetivo, al proyecto que supera su propia finalidad, convirtiéndose en un empuje, en una inercia, en un empecinamiento.
Es así como la ciudad hipertélica ya no es más una ciudad, es ahora una masa dilatada y deformada. Es un espacio desfigurado para una narrativa fotográfica convencional y sensible a ser imaginado desde una dimensión difusa y abstracta, presentándose así como una metáfora de la sociedad, una aguda mirada del mundo contemporáneo.
Carlos Caamaño