A manera de reportera gráfica, Astrid Jahnsen recorrió, a inicios del 2011, las oficinas del Ministerio Público de Trujillo. Acompañada y provista de tan sólo una cámara fotográfica, transitó atentamente por pasillos, oficinas y depósitos, hasta que con asombro descubrió el “Archivo Desconcentrado” (lugar donde se almacenan los documentos legales correspondientes a casos judiciales) y el depósito de bienes incautados (espacio que acoge los objetos relacionados con los casos).
Con la astucia del periodista y fina curiosidad fotográfica, Astrid se detiene en estos dos lugares y los recorre con comodidad. Despliega su hábil mirada y hace de las suyas con la cámara, delineando así una sutil investigación -que no es momentánea como la de un corresponsal que busca registrar el hecho concreto- sino, es extensa, pausada y sumamente minuciosa. En su Archivo Desconcentrado, Astrid pone en relieve los difusos límites, tanto formales como conceptuales, de los distintos géneros fotográficos, que en este proyecto se confinan al documental, el reportaje gráfico y las artes visuales.
Con una cámara sosegada en tomas abiertas y generosa en detalles, Jahnsen deja por un momento el rol de reportera, para asumir el de documentalista. Es en esta función donde olvida la inmediatez del evento ocurrido y se detiene a buscar lo que hay detrás: la historia del individuo, el dolor y la injusticia. Historias que se ubican en un momento particularmente violento de nuestro país, en el que el crecimiento de las ciudades, especialmente en el norte, está marcado por un periodo de alta violencia y criminalidad, en medio de un cuestionable y paralizado poder judicial.
Es así como finalmente nos encontramos con intenciones más amplias –Astrid asume el rol de artista- donde la posición estética, el contexto social y el valor cultural, dialogan directamente para invitarnos a más. Y el Archivo Desconcentrado de Jahnsen nos lo ofrece bajo su cualidad más fotográfica: la de la evidencia. Los documentos y bienes (documentos también) encontrados en el Ministerio Público de Trujillo, configuran una infraestructura invisible que asimilan la realidad social actual. Las fotografías de Astrid (documentos también) revisan aquella realidad y la ponen en relieve, dándole visibilidad a lo invisible. Documentando la documentación, revalorizando el testimonio, en fin, representando la memoria.
Carlos Caamaño